Y como ves, la meditación no es una tarea ardua. Con sólo unos minutos al día, todos los días, se puede adquirir el hábito y tener todos los beneficios mencionados anteriormente.

¿Quiere aumentar los resultados de sus entrenamientos? Entonces medita. Mira cómo.

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Paso 1: Reservar algo de tiempo para empezar 

Deberías reservar 1 o 2 momentos a lo largo del día para desconectar un rato.

Puede ser al levantarse, para poder empezar el día con menos ansiedad y más concentración, a mitad del día, para descansar de las tareas, o al acostarse, para calmar la mente antes de dormir.

Lo ideal es un período de 15 a 20 minutos para obtener los máximos beneficios de la meditación, pero 5 minutos ya son suficientes para permitir un viaje al interior de uno mismo, logrando tranquilidad y concentración.

Para no preocuparte por el tiempo, puedes programar un despertador en tu teléfono móvil para la hora en que quieres seguir meditando.

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Paso 2: Póngase cómodo

Para que puedas meditar, es necesario que tu cuerpo te deje tranquilo. No tiene sentido que te duela el cuerpo y que intentes hacer meditación. Por lo tanto, hay que sentarse cómodamente. 

Los que ya tienen práctica suelen sentarse en el suelo, a veces sobre un pequeño cojín, girando la pelvis, de modo que sólo la punta de las nalgas esté sobre el cojín, mientras que el resto, las piernas cruzadas, estén directamente sobre el suelo. 

Pero hay otras formas de conseguir la postura correcta para la meditación. En primer lugar, tienes que estar cómodo; en segundo lugar, con la columna vertebral erguida.

Una columna vertebral curvada provoca dolor, así que intenta que la parte baja de la espalda vaya hacia delante y los hombros hacia atrás. De esta manera tendrás la columna vertebral erguida, sin forzarla.

Por último, da un suspiro que levante los hombros en alto y suéltalo.

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Paso 3: Centra tu atención

Observa la llama ardiente de una vela, sin crear contenido mental.

Concéntrese en un sonido: puede ser el tic-tac de un reloj, un instrumento musical o un mantra.

Concéntrate en un mandala, en alguna forma geométrica o en un chakra.

Después de completar los pasos anteriores, estás listo para meditar. ¡Ahora comienza la práctica real!

La táctica de prestar atención a la respiración proporciona el efecto básico de la actividad: dirigir los pensamientos hacia algo concreto, favoreciendo la concentración en un solo punto y, al mismo tiempo, aportando sensaciones de tranquilidad.

Paso 4: Tómatelo con calma, no esperes resultados rápidos desde el principio

No tiene sentido empezar pensando que vas a pasar una hora meditando de inmediato. Primero hay que acostumbrarse y adaptarse a la técnica.

Así pues, empieza con 10 minutos al día.

Encuentre el intervalo que mejor se adapte a su perfil. Mientras aprendes a meditar, haz algunas pruebas. Empieza con sesiones cortas y amplíalas poco a poco si crees que eso te beneficia.

El cronómetro -puedes utilizar el de tu teléfono móvil- evita que te preguntes cuánto tiempo ha pasado, si la sesión está a punto de terminar.

En resumen, elimina una preocupación que inevitablemente rondaría por su cabeza. 

Paso 5: Practicar el ejercicio de respiración

Con el ejercicio de la respiración, el cuerpo se sentirá relajado y, en consecuencia, también la mente. Oxigenar el cerebro ayuda a la relajación y puede facilitar el proceso de alejar otros pensamientos.

Siguiendo estos 5 pasos podrás introducir el hábito de la meditación en tu rutina. 

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Gracias por leer y hasta la próxima.