Son consejos prácticos y directos para ti que comiste mucho y estás con ese malestar característico de una digestión difícil.

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Cómo aliviar las molestias rápidamente 

Después de todo, ¿qué se puede hacer para aliviar el malestar cuando se come demasiado? Según los nutricionistas, lo más importante es intentar llevar una dieta equilibrada y tener cuidado con el menú del día siguiente. Pero nadie es férreo, ¿verdad?

Hay formas de aliviar las náuseas, la acidez y el dolor de estómago después de comer en exceso.

Consulta los principales consejos para solucionar el problema lo antes posible:

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Desayuna, sí.

Parece una locura pedirle a una persona que siga comiendo incluso cuando la sensación de que acaba de comer aún no ha terminado, pero es necesario poner el metabolismo a trabajar.

No tiene sentido pasar horas de ayuno para compensar lo hecho. Elige alimentos que aceleren la digestión, como la piña (por eso es el postre principal de esa barbacoa), y que reduzcan la retención de líquidos, como los plátanos.

Si la indigestión ataca a lo largo del día, el consejo es optar por alimentos ligeros en la cena. Una ensalada es ideal para esta ocasión, ya que las verduras y las legumbres ayudan a hidratar y a saciar el hambre.

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Beber mucha agua

Beber agua después de una comida abundante facilitará enormemente la digestión. La bebida también puede prevenir el estreñimiento, especialmente si la comida incluye alimentos ricos en fibra.

Salir a caminar después de comer en exceso

Aunque nos enseñan a no hacer ejercicio después de comer -y con razón-, ¿alguna vez has dado un paseo después de la comida y te has dado cuenta de que realmente te sientes bien? Dar un paseo relajante después de haberse excedido con la comida puede ayudarle a sentirse un poco menos lleno.

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¿Por qué me siento tan mal? 

El hígado es una especie de centro de procesamiento de las sustancias ingeridas. Todos los alimentos que se absorben en el tracto gastrointestinal deben pasar por el hígado antes de llegar a cualquier otro órgano.

Esto se aplica a los alimentos, las bebidas, el alcohol, los medicamentos, etc.

Nada llega al torrente sanguíneo central sin ser procesado primero por el hígado. Por ello, si se come o bebe en exceso, se sobrecarga el hígado, que no tarda en «quejarse».

Entre las muchas funciones del metabolismo hepático, una es la de inactivar las sustancias tóxicas que se han ingerido. También es el hígado el que produce la bilis, esencial en la digestión de las grasas, en el procesamiento del colesterol, de los niveles de glucosa en sangre y en el metabolismo de los medicamentos.

En otras palabras, cualquier problema hepático interfiere con la absorción de nutrientes y la eliminación de toxinas del cuerpo.

Síntomas de intoxicación hepática:

• Digestión difícil
• Mareos y malestar general
• Náuseas y/o vómitos
• Boca amarga o sabor metálico
• Dolor torácico y/o abdominal: cuando el dolor se debe a un daño hepático, se siente en la parte superior del abdomen (bajo las costillas) y se extiende a la espalda
• Una barriga rellena
• Dolor de cabeza o sensación de pesadez
• Dificultad de concentración y fallos de memoria
• Cansancio
• Picor y erupciones en la piel
• Ictericia

El consumo excesivo de grasas, azúcares y alimentos procesados no sólo es malo para el hígado. Esta condición también afecta al tránsito intestinal, causa del estreñimiento. 

Esperamos haberte ayudado con estos consejos para aliviar los síntomas provocados por una dieta más pesada en fin de año.

Y ya sabes, para aprender todo sobre la nutrición que da resultados, sigue siguiéndonos.