Más que eso, queremos mostrarle las razones científicas que hay detrás de cada problema de comer demasiado rápido. Así tendrás información para cambiar tus hábitos y animar a las personas de tu familia a cambiar también.

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Sí, la comida rápida es mala para ti!

¿Es usted el tipo de persona que come tan rápido que siempre tiene que esperar a que los demás terminen su comida?

Pues bien, debes saber que este hábito puede causar problemas a tu salud.

Ese almuerzo en 5 minutos es capaz de elevar los índices de glucosa en la sangre, generando un aumento de peso y de la circunferencia abdominal y, en consecuencia, elevando las posibilidades de eventos cardiovasculares.

Comer a la carrera aumenta el riesgo de padecer el síndrome metabólico, es decir, la aparición de un conjunto de factores relacionados con enfermedades que afectan al corazón, como la diabetes, la obesidad, la hipertensión y los niveles altos de colesterol.

Durante una investigación realizada a lo largo de cinco años, estudiosos de la Universidad de Hiroshima (Japón) descubrieron que quienes se apresuran a sentarse a la mesa tienen un 11,6% más de posibilidades de desarrollar el síndrome metabólico en comparación con quienes comen a una hora normal (6,5%) o lentamente (2,3%).

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Comer rápido genera un aumento de peso

El cerebro y el estómago trabajan juntos para controlar el apetito, pero este proceso no es instantáneo.

Al comer deprisa, no permites que se transmitan al cerebro las señales de saciedad, que tardan entre 15 y 20 minutos en llegar, indicando que no necesitas más comida porque ya estás lleno.

Esto hace que se ingiere más comida, consumiendo más calorías de las que el cuerpo necesita, alimentándose en forma de grasa y haciendo que la persona engorde.

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Indigestión causada por comer demasiado rápido

Comer rápido es una ruta directa hacia la indigestión. Sus principales síntomas son la acidez y la pesadez.

A veces son tan agudos que pueden confundirse con un ataque al corazón.

El malestar estomacal disminuye cuando el cuerpo termina de digerir los enormes trozos de comida que has ingerido.

Hay varios factores que provocan indigestión, como: comer rápido, comer mucho, comer platos con mucha grasa o comer en situaciones de estrés.

Por lo tanto, es importante tener cuidado, ya que es posible que todos los escenarios anteriores se presenten al mismo tiempo. Y tu estómago no lo agradecerá.

Hinchazón en el vientre

Este es uno de los efectos más inmediatos de comer con prisa.

La distensión abdominal, como se denomina, se produce porque el proceso de digestión se ralentiza debido a la ingestión de grandes trozos de comida. Además, comer rápido te hace tragar mucho aire.

¿Sabías que lo ideal es comer en silencio? 

Hablar mientras se come también puede ser un problema.

Cuando hablamos, tragamos aire, y además de estorbar la masticación, todo el aire tragado puede transformarse en gas al llegar al estómago.

Quizá ahora entiendas por qué te sientes tan incómodo después de comer, ¿no?

Y allí, ¿te gustó? Ahora ya sabes por qué comer rápido es malo para ti y cómo evitar estos problemas.

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Gracias por leer y ¡hasta la próxima!